La función de los riñones en el cuerpo humano es fundamental, ya que no solo nos ayuda a eliminar toxinas en nuestro cuerpo a través de la orina, sino que nos permite regular la presión arterial, los niveles de hemoglobina y produce muchas hormonas indispensables para una adecuada salud.
Cuando la función de los riñones se ve deteriorada, se conoce como enfermedad renal crónica, y en última instancia podría llegar a ser necesario sustituir la función de los riñones con hemodiálisis. La hemodiálisis reemplaza la función del filtrado de la sangre, por lo que es necesario estar conectado directamente con el cuerpo para funcionar. Para lograrlo, existen dos tipos de accesos vasculares: la fístula arteriovenosa y el catéter para hemodiálisis.
La fístula arteriovenosa es una conexión quirúrgica entre una vena y una arteria, usualmente en los brazos, la cual posteriormente se puncionará para conectarse a la máquina de hemodiálisis. La cirugía es ambulatoria (sin hospitalización), con anestesia local o regional, por un Angiólogo. Entre las ventajas de realizar este procedimiento se encuentran:
mayor durabilidad del acceso
al ser parte de nuestro cuerpo, se defiende mejor de las infecciones
permite mayor libertad de movimiento en la vida diaria
Y algunas de sus desventajas:
hay que esperar 12 semanas a que madure para poder utilizarse
puede haber complicaciones de edema, úlceras, lesiones, sangrado
Los catéteres para hemodiálisis son catéteres especiales que se colocan en venas de gran calibre, usualmente en el cuello, los cuales se conectan directamente a la máquina. El procedimiento se realiza con anestesia local, sin ameritar uso de quirófano. Las ventajas de usarlo:
se puede utilizar después de su colocación
el catéter se conecta directamente a la máquina, evitando las punciones
Y sus desventajas:
menor durabilidad
posibles complicaciones de su colocación: neumotórax, lesión vascular
infecciones más frecuentes
suelen dejar cicatriz tanto en la piel, como en la vena, por lo que en la mayoría de los casos queda la vena obstruida y sin posibilidad de construir una fístula posteriormente.
En general, los catéteres suelen colocarse cuando hay urgencia de iniciar la diálisis, cuando la calidad de las venas y arterias no permite la construcción de una fístula, o cuando existe alguna contraindicación en las extremidades. Un mismo paciente puede necesitar las dos modalidades en diferentes momentos, o incluso la colocación del catéter temporal en espera de la maduración de la fístula para poder utilizarse. El nefrólogo es quien apoyará en la decisión de cuál acceso vascular es mejor para el paciente.
En casos complicados y avanzados, el angiólogo puede ofrecer otras opciones de accesos vasculares. Aquí puedes encontrar más información: https://www.angiologoqueretaro.com/enfermedad-renal-en-hemodialisis .
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